«Desde mi más tierna infancia», afirma el artista francés Patrice Murciano, «siempre me sentí atraído por los robots, los androides. Elaboré algunos a base de cartón y todo lo que pude encontrar en el garaje de mi padre. Así nació mi colección». Con los años, la cartulina, la pintura y las manualidades dejaron paso a la tecnología, y Murciano aprendió a utilizar sofisticados programas de edición fotográfica, generando auténticas piezas de arte que ahora le han llevado a combinar el gusto por la ciencia ficción con otra de sus obsesiones: el cuerpo femenino.